Presume de heterodoxo,
de tener la mente abierta,
un hombre cosmopolita:
no sale de la Alameda.
Es transgresor, desclasado,
libre de toda etiqueta,
erudito por citarnos
a Feuerbach y a Kundera.
Es un hombre con criterio,
es un hombre con ideas,
es un libre pensador
que siempre va por su cuenta.
Al hombre nada le influye,
él es origen y meta,
cuando escribe, sienta cátedra;
cuando habla, dicta sentencia.
Él se pone muy solemne,
conoce toda materia,
lo mismo da el urbanismo
que el derecho o las empresas.
Lo mismo da el territorio
que si usted tiene goteras.
Desde su solemne gesto,
su infinita inteligencia,
se pronuncia, diagnostica,
ilumina la caverna.
Su vocablo preferido:
todo lo llama caverna.
Todo lo que no le suene
a su tónica y a su cuerda.
A su tónica con hielo,
y sabor a fruta fresca,
que toma en un velador
mientras narra los problemas
que a la ciudad le suceden
en su NODO y su madeja,
ciudad esta de hilos finos
cosidos entre cien vueltas.
Pero él esto no lo sabe,
o quizá no le interesa,
prefiere otros enemigos
a los que echar los problemas.
Suelen ser las cofradías,
las tradiciones, las fiestas.
Para él todo está enhebrado,
todo es monótono tema.
Él reniega el costumbrismo,
el costumbrismo detesta,
pero luego todo son
artículos en la prensa
que si vaya cómo estamos,
que si esto no hay quien lo entienda.
Como si no hubiese industria
por exceso de cornetas.
¿Que tiene su despropósito
el capilleo y las trompetas?
No le quepa duda alguna.
Duda alguna no le quepa.
Hasta la Local ha dicho
que ya está bien la marea
de pasitos, cofradías,
y todo lo que conlleva.
Pero ellos no son culpables
de todos nuestros problemas.
Blanco White se siente el hombre,
libre de toda etiqueta.
Será porque se las pone
a todo el que se le acerca.
En esto sí se parece,
en esto sí se asemeja,
a los carcas, los antiguos
que luego tanto detesta,
al olor a naftalina,
las centurias… noveleras.
Mientras unos ven molinos
en sus idas quijotescas,
la ciudad sigue su curso
sin glorias y sin tragedias.
Funcionaria, cotidiana,
anodina, pasajera.
Necesitada de gente
que sí aporte ideas nuevas.
Y echando cierre al negocio,
como ha pasado con Beta.
-¿Betis nos ha dicho usted?
-No: Beta.
–Pues no me suena…